Grasa Abdominal

Cada cuerpo es diferente, pero está claro que la grasa abdominal es un tipo de grasa con el que hay que tener especial atención. A mí personalmente me preocupa mucho y no solo por ser mi zona conflictiva sino porque el hecho de tener grasa abdominal puede derivar en muchas enfermedades que o bien iban a aparecer más adelante y aparecen antes o bien aparecen nuevas. Esa grasa visceral que tanto saben mis clientes que me preocupa puede venir causada por diferentes motivos. La solución ellos se la saben de memoria porque soy muy pesada con los pilares básicos de Salud.

Escuchando el podcast de Isabel Belaustegui en Vida Potencial me he visto muy reflejada en todas esas charlas de tú a tú con mis clientes. Podría estar hablando o escribiendo en este caso mucho más sobre este tema, pero este es el resumen de un podcast maravilloso.

¿Por qué esa Grasa Abdominal?

El principal mecanismo es la resistencia a la insulina. Es un tipo de obesidad bastante frecuente porque también es muy frecuente esta resistencia a la insulina o una mala respuesta a esta.

¿Qué es la Insulina?

La insulina es una sustancia que se produce en nuestro cuerpo para ayudarnos a aprovechar la energía proveniente de los alimentos y así ayudarnos a realizar todas nuestras actividades cotidianas como caminar, correr, hacer ejercicio, leer, ir a trabajar, cocinar, entre otras muchas. Interviene en cada uno de nuestros movimientos, con lo cual es la gasolina de nuestro cuerpo.

Vivimos con niveles bastante elevados de insulina que hacen que nuestras células se vuelvan sordas y tenemos que producir, por tanto, más insulina para que la célula responda adecuadamente.

¿A qué se debe esto?

1. Se debe a que estamos comiendo constantemente y cada vez que comemos se activa la producción de insulina. También es debido a que consumimos de una manera muy frecuente gran cantidad de hidratos de carbono y alimentos de alto índice glucémico que producen una estimulación muy potente de la producción de insulina.
Alimentos como las harinas refinadas, pan blanco, bollería, pasta, cereales refinados, como el arroz blanco, los dulces, bombones, refrescos o frutas y verduras de alto índice glucémico como el plátano, mango, papaya, piña, frutas tropicales.
Esto hace que nuestro páncreas esté produciendo insulina constantemente para poder bajar esos niveles de glucosa en la sangre.

La estrategia en este caso tiene que ir dirigida a reducir los niveles de insulina y eso solo se conseguirá mejorando la alimentación, haciendo cambio de hábitos y aprendiendo a combinar bien los alimentos. El ejercicio es fundamental, debemos mantener nuestro cuerpo activo ya sea por esta causa o por otra diferente. Introducir el ejercicio diario en nuestras rutinas sería algo obligatorio.

2. Hay otro factor que también afecta a esta mayor grasa abdominal: es un mecanismo hormonal. Un predominio de mayor hormona masculina frente a la femenina, es decir, un mayor número de andrógenos que de estrógenos. Por eso es un tipo de obesidad más frecuente en varones que en mujeres o también muy frecuente en mujeres que llegan a la menopausia ya que bajan las hormonas femeninas y aumentan las masculinas. Y ahí es cuando empiezan a cambiar muchos cuerpos femeninos y aparecen esas tripitas que antes nunca estaban. Se inflaman, están muy redondas y duras. Y esto es debido al aumento de los andrógenos.

¿Cuál es la estrategia? Elegir alimentos que nos ayuden a modular este equilibrio de hormonas sexuales en sangre. Por ejemplo, la soja, acidos grasos esenciales Omega-3, levadura de cerveza, higos, salvia.

3. Algo a tener en cuenta también es que ese mayor volumen en el abdomen no es solo por grasa, puede ser por hinchazón abdominal provocado por una inflamación intestinal. Por lo tanto, no debemos olvidar cuidar la salud intestinal.

Está demostrado que una mayor grasa abdominal puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. ¿Por qué? Porque los adipocitos (tejido graso o adiposo o también conocido como almacén de grasa corporal) liberan con una mayor intensidad que otras partes del cuerpo sustancias pro inflamatorias y la inflamación es el terreno de base que favorece el desarrollo de estas enfermedades.

Si sospechamos que nuestra hinchazón es provocada por una inflamación intestinal entonces lo que tenemos que hacer es acudir a un especialista en Digestivo y que pueda ver el estado de nuestro estómago e intestinos.

Vamos a tener esto en cuenta para poder centrarnos en las personas que tienen grasa abdominal.

¿Cómo mejorar la respuesta a la insulina?

Tenemos tres pilares fundamentales de la salud que mejorar:

1. Mejorar la alimentación

  • Hacer ayunos intermitentes
    Mucho mejor si es por la mañana porque ahí los niveles de cortisol (El cortisol sirve para ayudar al organismo a controlar el estrés, reducir la inflamación, contribuir para un buen funcionamiento del sistema inmune, ayudar en el metabolismo de las proteínas, grasas y carbohidratos, y mantener los niveles de azúcar en la sangre constantes, así como la presión arterial). Bien pues estos niveles por la mañana son mucho más elevados. Si en el momento del desayuno estimulamos la producción de insulina porque desayunamos o porque lo que comemos sea de alto índice glucémico, entonces lo que hacemos es cortar ese mecanismo natural que nos permitía optimizar la obtención de energía y la quema de grasa y además nos preparamos mal para el resto del día y vamos a tener más hambre y más bajones e incluso más antojos.
  • Respetar los ritmos biológicos
    Los ritmos de vida que llevamos ahora hacen que alarguemos el día todo lo que podamos o que nos parezca normal comer a las 4 de la tarde, pero no nos parecería normal que dieran de comer a nuestros hijos a las 4 de la tarde. Pensemos en los ritmos que llevan nuestros hijos y sentémonos a pensar que esos horarios serían los ideales.
  • Cenar temprano
    – Mejoraremos digestión
    – Mejoraremos el metabolismo
    – Mejor utilización de nutrientes
    – Mejor descanso: si descansamos mejor hay dos hormonas que estarán más controladas, que son la del hambre y la saciedad. Acordaros de este punto porque hablaremos más adelante en otro reportaje y es muy interesante. La relación entre descanso-hambre-saciedad.

 

2. Practica de actividad física

3. Cuidado adecuado y personalizado

Como he comentado al principio podría ir derivando en multitud de puntos a tocar sobre hábitos, alimentación, deporte, descanso, ritmo de vida, combinaciones, prioridades… etc. Podremos hacerlo poco a poco en los siguientes artículos.

“Conozcamos nuestro cuerpo desde dentro, no delante de un espejo”

Nieves Arnaiz